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Objetividad.

     Pocos textos habré escrito tan concisa y precisamente como este ensayo. No hay mucha historia detrás del mismo (no todas nuestras acciones cuentan con anécdotas contextuales dignas de ser contadas), situación que me imposibilita de brindarles un prólogo ameno que nutra al texto protagonista; para ser honestos, no acierto a recordar siquiera cuándo ni el porqué redacté este ensayo. Pese a todo lo comentado; es de esos textos que no pierden vigencia, ahí es donde radica su -a riesgo de sonar altivo- magnificencia. Es una aseveración argumentalmente estructurada y, como tal, detalla una perspectiva que sigo sosteniendo hoy en día: La objetividad es inalcanzable. Sin embargo, nuestro deber es nunca dejar de perseguirla.

    Pues bien, para quien pueda interesar, una óptica del espectro de la objetividad, por Humberto Briceño: 

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        Vale, pues he dispuesto este espacio como archivero público de mis creaciones (buenas y malas, sin discriminaciones). ¿Por qué público? La respuesta a esa pregunta se desgrana en dos puntos:  Como primera medida, es un intento de incentivarme a escribir más seguido. Así, las pocas partículas de inspiración que se choquen con mi cabe za no se convertirán en energía desperdiciada. Aunque no es fehaciente considerar que dejará de ser un desperdicio de tiempo, seguramente será más productivo que solo esperar a que las partículas simplemente reboten a otra cabe za. Como segunda medida, destacando el hecho subyacente de que soy periodista, no está mal empezar a creer que lo que redacto es leído por alguien más. Será beneficioso para el momento en que exista alguien que realmente me lea. Mientras tanto, usaré el espacio para subir y comentar producciones escritas que he hecho a lo largo de mi vida.     Conveniendo que solo publicaré (publiqué) el...

Karidis del vestido rosa. Edición revisada.

Aprovecho para anexar por acá, la versión revisada del cuento que escribí para mi amada. La motivación detrás de esta revisión nace desde mi querida novia, a quien le debo la inspiración para este cuento, además de agradecerle infinitamente por sus llamados de atención que son intentonas de que vuelva al camino de la literatura, cosa que quiero con toda mi alma. Decidí incursionar en Wattpad y por ello consideramos que este cuento era idóneo para ser el primero que suba a la plataforma. Acerca de la revisión, mencionar que agregué nuevos pasajes y modifiqué alguno de los originales. Para el que quiera visualizar los cambios por sí mismo, la primera versión del cuento también se encuentra en el archivero. Si, por otro lado, nunca has leído el cuento, bien dejo acá la nueva versión para tu comodidad. Sabes que te aprecio mucho, lector fantasma.

Karidis, la pequeña princesa

 Buenas! Reportándome por acá tras un buen periodo ausente. Quisiera que esa chica preciosa llamada Constancia llegase a mi vida para nunca irse. Pero mientras eso sucede, toca aceptarme y disculparme por las grandes dosis de procrastinación que azotan mi día a día; sin embargo, claro que hago autocrítica e intento mejorar y construir. No todo es tiempo de ocio, y vengo a dejarles a ustedes (lectores ficticios) un pequeño cuento que le escribí a mi novia con motivo de su cumpleaños.      La historia pierde mucho si no se entienden las referencias detrás, pues al ser un cuento especial para una persona, evidentemente se aluden muchas experiencias compartidas y rasgos característicos de su personalidad y anatomía. Pero en fin, este blog es mi archivero y el cuento pertenece a él, y a Karla, mi novia, en primera instancia.